REALIZA 5 COMIDAS AL DÍA
Los alimentos son el combustible del cuerpo y la mente. Intenta que tus comidas fuertes no sean muy contundentes para que la digestión no sea muy pesada y te haga sentir mal. Procura incluir en ellas carbohidratos, proteínas, grasas saludables y fibra. Un buen balance nutricional ayuda a mantener estables y durante más tiempo los niveles de azúcar en la sangre, y por lo tanto la energía y estarás más activo.
REALIZA EJERCICIO FÍSICO
El ejercicio activa una serie de procesos encargados de mantener y proteger a las células nerviosas. Realizarlo periódicamente harás que te sientas bien, y conseguirás activar tu metabolismo.
MANTENTE HIDRATADO
El no mantenerte hidratado hará que tu sangre se espese, provocando que tu corazón tenga que bombear con mayor fuerza causando fatiga. Mantenerse hidratado conseguirá que los nutrientes estén constantemente llegando a todo tu cuerpo. No sólo te puedes hidratar bebiendo agua, las frutas o verduras naturales, caldos, zumos, leche… también son una buena opción.
CONTROLA EL CONSUMO DE CAFEÍNA
Consumir café te ayuda a mantenerte en alerta y con energía durante el día, pero si consumes cantidades elevadas de cafeína o la consumes por la tarde-noche, estarás más activo lo que llegara a quitarte horas y calidad de tu sueño.
PROCURA UN BUEN DESCANSO Y ESTARÁS MÁS ACTIVO
Si duermes mal y no tienes un sueño reparador estarás todo el día cansado lo que te llevara a no rendir bien ni en el trabajo ni en tus entrenamientos, esto puede tener varios factores:
Cómo no dormir siempre a la misma hora.
Dormir con la tele encendida o el ordenador.
Dejar luces encendidas: hacen que no se produzcan melatonina, la hormona que indica al cerebro que llego la noche.
Acostarte con hambre: lo que hará que te desveles para comer.
Beber alcohol: al principio da somnolencia, pero cuando pasa su efecto causa insomnio.
Utilizar la cama para dormir no para trabajar o leer.
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